Yo soy una persona con mucha paciencia, pero que mucha paciencia para no enfadarme. Para otras cosas no, pero prefiero tragar y pasar a enfadarme, no me gusta ir echando humos por la vida.
Bien, pues ese nivel de paciencia que yo creía tener desapareció por completo este martes, cuando tuve que llamar a atención al cliente de mi compañía telefónica por una especie de avería o problema con el servicio de datos que tengo contratado en mi móvil.
* Primera llamada *
Ingenuo de mí, pensé que el número al que llamaba me contestaría una persona y no una máquina.
Esta primera llamada duró alrededor de un minuto o minuto y medio (con música de fondo incluida) y la conclusión fue que tenía que llamar a otro número. Sin más explicaciones, me colgó.
Ingenuo de mí, pensé que el número al que llamaba me contestaría una persona y no una máquina.
Esta primera llamada duró alrededor de un minuto o minuto y medio (con música de fondo incluida) y la conclusión fue que tenía que llamar a otro número. Sin más explicaciones, me colgó.
Extrañado y un tanto confuso porque pensé que ese era el número correcto, me dispuse a realizar la siguiente llamada.
* Segunda llamada *
... Otra máquina...
No pasa nada, yo seguía en mi mundo feliz y decidí escuchar que me decían esta vez, a ver si podían arreglar o ayudarme a arreglar el problema cuanto antes.
La conclusión de esta llamada me hizo mucha gracia porque me dijeron que tenía que llamar al número de antes.
... Otra máquina...
No pasa nada, yo seguía en mi mundo feliz y decidí escuchar que me decían esta vez, a ver si podían arreglar o ayudarme a arreglar el problema cuanto antes.
La conclusión de esta llamada me hizo mucha gracia porque me dijeron que tenía que llamar al número de antes.
Aún más extrañado y confuso, suspiré y volví a llamar al primer número.
* Tercera llamada *
Como era de esperar me volvió a mandar que llamase al segundo número y mi reacción fue:
"¿Me estáis putean...? Colgaron.
Todo esto me pasaba mientras esperaba el bus y una señora mayor muy amable se acercó a mí y me dijo:
"Uyyy esos... No te van a hacer ningún caso... Te doy un consejo que siempre me ha funcionado, ellos te escuchan siempre aunque te conteste una máquina, lo mejor que puedes hacer es decirle a la máquina que te vas a dar de baja y que les vas a denunciar por incompetentes."
Me lo dijo con una sonrisa de oreja a oreja y yo me quedé asombrado porque no me esperaba para nada su contestación. Le di las gracias y se fue.
Después de un sin fin de llamadas en las que solo decía "operador, quiero un operador, persona de carne y hueso" y seguían sin hacerme caso, llegué a la conclusión de que tenía que intentar lo que aquella señora me dijo.
* A saber que llamada era ya *
Llegué hasta donde te dicen "Resuma brevemente su problema" y lo único que hice fue gritar que me iba a dar de baja y les iba a denunciar por incompetentes.
Esperé unos segundos y de repente me contesta una persona, SÍ, una de carne y hueso.
Mis sentimientos eran una mezcla de felicidad y odio junto con unas "pequeñas" pinceladas de instinto asesino.
Fui lo más educado que pude, como si esa fuese mi primera llamada en toda la tarde y nada de lo anterior hubiese pasado, hasta el momento en que el operador que me contestó lo hizo con un cierto tono irónico y borde, tratándome como si fuera inútil.
Esperé. Pensé que a lo mejor era solo al principio, pero no. Exploté.
* Explosión de Álvaro *
Ni disculparse le dejé, solo quería arreglar el problema lo más rápido posible y colgar. Accedió a ayudarme, esta vez con un tono ya normal, aunque claramente falso.
Al final, antes de colgarme me dijo que me iba a pasar con la encuesta para que diese mi opinión acerca del servicio de atención al cliente.
...
Sigo esperando esa encuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario