lunes, 26 de octubre de 2015

El primer regreso y la segunda despedida.

Después de mis vacaciones en Salamanca, mi ciudad natal, por unos días me he dado cuenta de varias cosas.

Primero, da igual como te planifiques los días para ver a la gente que quieres más de una vez, al final te faltará gente por ver o personas con las que querías pasar más tiempo solo las verás una vez.

Segundo, de vacaciones nada. Una de las cosas que tenía en mente cuando volví fue que quería tener al menos un día para mí, en mi casa sin hacer nada. Parecerá una tontería pero se echa mucho de menos días así cuando no los tienes.

Tercero, la comida. Ay... la comida...

Cuarto, no sabes por qué, pero ves tu ciudad de una manera completamente diferente, disfrutas caminar por ella y ver lo que ha cambiado. Ves una belleza en ella que nunca antes habías visto. Un sentimiento que si os soy sincero, no me hubiese imaginado tener, pero que he agradecido un montón.

Quinto, con ésta seré sincero e incluso me pondré serio. ¿He hablado de la comida?
Las amistades. Por mucho que lo intentes hay amistades que se pierden o simplemente cambian. Al principio creerás que eres tú por no haber hablado tanto con ellos desde que te fuiste pero después te darás cuenta de que no. Que tú no eres el problema. Porque los de siempre, los que te quieren y se preocupan por ti, aunque no hayas mantenido conversación alguna o en muy pocas ocasiones, te demostrarán todo y más.

Por esto, las segundas despedidas son más dolorosas, te irás sabiendo cuánto te quieren, te echan y echarán de menos. Te vas sabiendo quién es de verdad, quien estará cuando más lo necesites. Y, lo que más me duele, al menos a mí, cuánto echaré de menos nuestras quedadas, cenas en el mismo día y lugar como si nada hubiese cambiado, charlas a las tantas de la noche, nuestras locuras, risas, lloros, cursiladas... Y, sin duda alguna, sus abrazos y el amor que nos demostramos cada vez que nos vemos.
Solo espero que a los que no he tenido tiempo de quedar más veces con ellos me perdonen y espero que no cambie nada entre nosotros.

Para terminar ya, después de ponerme sentimental. Un tema muy importante y sobre el que no podía prescindir. La comida. En serio. La comida. Sí. Tengo un problema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario